Con su red de canales y pintorescas y compactas calles, su espléndida arquitectura, su exótica vida nocturna y una explosión de preciosos tulipanes en primavera, esta animada y cosmopolita ciudad atrae visitantes de todo tipo durante todo el año. Los lugares de interés de la ciudad se pueden visitar perfectamente a pie, o es posible alquilar una bicicleta para recorrerla desde otro punto de vista. También hay un eficaz servicio de tranvías y autobuses. En Ámsterdam uno no se aburre nunca. Se puede intentar buscar un tesoro en uno de los muchos talleres de diamantes o admirar las flores expuestas en el mercado de flores flotante de Singel. Ámsterdam también rezuma cultura e historia, y hay que visitar el barrio de los museos, con obras famosas de Van Gogh y Rembrandt, y la memorable casa de Ana Frank. La vida nocturna de la ciudad no necesita presentación, y en los alrededores de la plaza Dam hay una gran variedad de bares, discotecas y restaurantes y, por supuesto, sus famosos cafés marrones con un ambiente acogedor y abundantes raciones de comida casera. La visita a la fábrica de Heineken sirve de refrescante intermedio entre un ajetreado día de ruta turística y un paseo por el célebre Barrio Rojo, con ofertas de ocio más exóticas. Si prefiere algo más sofisticado, le proponemos una cena a la luz de las velas en un barco por los canales para sentir la magia de Ámsterdam por la noche.
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